martes, 2 de marzo de 2010

¡Deje de chillar!


Seguramente más de alguna vez he llegado de a fiesta a mi casa en la madrugada. Si el hambre apremia me preparo algo de cenar y enciendo la tele... si tengo suerte encuentro alguna película interesante o series animadas idiotas de esas que tanto me gustan. Si la fortuna no me acompaña, un tipo trajeado aparecerá en mi monitor , diciendo algo parecido a esto (Léase lo siguiente con acento brasileño hablando portuñol): ¡¡Saludos hermanito!!... tiene usted problemas de alcoholismo infidelidad lo han corrido de su empleo y no encuentra nada digno de su capacidad?... asista a nuestras oficinas donde le brindaremos la ayuda espiritual que usted necesita.

Las oficinas de esta pseudosecta religiosa en mi ciudad están enclavadas en un galerón que años antes de que tuviera yo conciencia fungía como un cine normal, después degeneró en un cine porno, para posteriormente degenerar aun más en una agrupación "religiosa" distinguida llamada Pare de Sufrir. Ni de loco me metería en un lugar llamado así... ¿o sí?

Pues vaya que entré a un lugar con ese nombre, afortunadamente aquí no curan el alcoholismo si no que lo fomentan con una gran variedad de mezcales. Esa noche acudí al citado lugar (ubicado a unos cuantos minutos del ex-cine porno) con una amiga y en esta quinta visita vaya que me sorprendí.

Llegamos bastante temprano, el plan era tranquilo, unas cuantas cervezas y a su casita. La plática como siempre fue buena, lo cual provocó que la noche se alargara. El lugar fue poblándose.. pero no por los asiduos visitantes (al menos los que yo había visto) sino por esa especie rara y particular, cuyos especímenes se hacen llamar "Adultos contemporáneos"... espero nunca caer en esa clasificación. Prefiero ser llamado un ruco rockerón definitivamente.

Ellos se agolpaban junto al dj, que toda la noche se encargó de programar verdaderos himnos para la tribu mencionada anteriormente. Todos estos acordes, tuvieron sus años de gloria en aquel condenable programa ochentero del cual pasé toda mi infancia huyendo: Siempre en Domingo.

Temas de José José, Lucero, Pimpinela, Mijares y Emmanuel musicalizaban el frio aire nocturno. La horda enardecida, de pie junto a la consola, berreaba con un sentimiento sin igual. Sólo eran superados por los tres personajes que ocupaban la mesa que se encontraba junto a la nuestra. En dos horas no cruzaron palabra, simplemente gritaban sin cesar, creo que ellos le llamaban cantar. Conocían a la perfección las letras de esas canciones tan olvidables para mí y tan memorables para muchos.

A pesar de eso, la pasé bien. La compañía fue excelente y dio pie para burlarnos un poco de nuestra situación de extraños musicalmente hablando en ese lugar. Debo mencionar que a pesar de la programación musical de esa noche, ese lugar sigue gustándome mucho, con esa actitud relajada donde todo mundo es bienvenido (lo contrario a otros lugares que tocan la misma música como un must y que se sienten lo máximo), sin ninguna pretención. Todos son bienvenidos, todos vamos con la intención de olvidar nuestras penas y bueno, no se diga más... vaya y pare de sufrir.


PD 1: José José definitivamente era patético, puras canciones sufridas y super losers. Estoy orgulloso de aborrecerlo.

PD 2: Para todo mal mezcal... y para todo bien también.

2 comentarios:

  1. "Pare de sufrir" es una iglesia??... pense que eran baños publicos!!!...jajaja

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  2. Jaja que onda Adolfo... bueno al pare de sufrir que yo fui es un barecito jaja, recomendable para un día relax y sin pretensiones.

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