lunes, 26 de julio de 2010

Accidentada indiferencia


Hace un par de semanas, el día que sigue al domingo iniciaba . Manejaba rumbo al trabajo, muy cerca ya de ahí, una imprudente conductora creyó que una buena forma de evadir de su aburrida e insignificante existencia era pasarse un alto. Desgraciadamente se me estrelló en la puerta, dejándome condenado a algunas semanas en las cuales luciré cual playmobil o pareceré que le rindo homenaje a un tal Cuauh, es decir, traigo collarín.

Después del impacto, de darme cuenta que seguía vivo y completo descendí del auto (por el lado del copiloto, ya que la puerta del lado izquierdo quedó inservible), veo el semáforo y le digo a nuestra querida idiotita al volante: Señora, estaba el verde para mí. Ante esta afirmación la bienintencionada y sacrosanta señora sólo me pregunta: ¿Estás bien?... cuestionamiento que quedó sin respuesta. Mientras trataba de controlar mi coraje, pensé en que tal vez había sido muy grosero al no responder.. y después al no preguntar lo mismo, aunque fuera por cortesía. Pero la verdad es que no me importaba si ella estaba bien o no, así que para bajar la adrenalina y el enojo, decidí pensar en cosas o situaciones similares, y que tal vez, tal veeeez, no deberían serme tan indiferentes, he aquí un bonito listado fruto de la ociosidad postchoque, unas cuantas cosas que por diversas circunstancias pensé en ese momento y que realmente me valen madre:

1.- Si la señora que me chocó estaba bien, realmente la gente que se anima a manejar sin licencia, sin seguro, y con carro ajeno debería desaparecer del planeta.

2.- Si los lobitos mameys le ganan a los vampiros diurnos (wtf?) en su batalla digna para espíritus quinceañeros. (Fruto de una valla de publicidad que se encontraba frente al lugar del accidente).

3.- Que los tigres del Norte vayan a dar un concierto en beneficio del Santuario de los Mártires. Definitivamente, de todo hay en la viña del señor.

4.- Que un cierto politiquillo siga creyéndose presidente y ahora quiera reelegirse. (Lástima que parece que no hay ningún distinguido miembro de la clase política nacional que me haga abrigar esperanza alguna)

5.- Que alguien que conozco me cuente como pasará sus vacaciones en The Windy City y me narre con lujo de detalles su itinerario. (Aunque creo que aquí la envidia influye mucho).

6.- Que el Circo Hermanos Fuentes Gasca vuelva a mi ciudad en La Normal, La Normal, La Normaaaaaaaaaal.

7.- Si se acabó el café en la oficina.

8.-Que Cuca, saque otro disco/celebre algún aniversario.

9.- Los comentarios rebuscados de mucha gente que se siente con Doctorado en el MIT, cuando con trabajos terminó una carrera técnica en el Instituto Fleming. Bueno, no sólo me valen madre, me dan mucha risa.

10.- Que Cristiano Ronaldo tuvo un chilpayate con una mesera gringa que vive en un Trailer Park y que sueña con ser como Oprah.


Esas son sólo algunas cuantas de las situaciones que me tienen sin cuidado, tal vez próximamente me aviente otro listado similar. ¿Y a usted, mi estimado lector... qué es lo que le vale madre? (Además de mi blog, of course).

♫ Amor de cabareeeet ♫


En esta ocasión, este humilde blog se viste de gala para recibir una colaboración más. Una valiente damita que decidió ir.. a lugares donde muchas jamás han ido. ¡Que lo disfruten!

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Pues yo, desde hace tiempo tenía curiosidad de conocer un Table.

Una amiga me había contado la experiencia que tuvo alguna vez en el “"Porky's". Me contó que fue hace muchos años, que era un día que habían regresado de la playa, con todo y toallas mojadas en la maleta, decidieron ir a ese lugar.

En realidad no recuerdo exactamente la descripción que me dio de dicho santuario de la lujuria, solo que mi curiosidad creció y dije que algún día visitaría un lugar así. Ese día fue un viernes de hace algunas semanas.

Planteé la situación al creador de este blog, y él, muy sacrificadamente aceptó acompañarme.

Debo confesar que cuando estábamos en camino, sentí poco de nervios y arrepentimiento prematuro, pero todo siguió su curso. Después de ubicar varios posibles lugares, iniciamos a descartar los que estaban como muy “fresas o en forma, o con mayor producción. La crisis está fuerte como para andar invirtiendo en esos vicios tan alejados de la mano del creador.

Así que encontramos uno que cumplía con los requisitos previamente establecidos por nosotros, éste lugar era llamado el “Pirámides. Se encontraba la borde de la carretera, se veía bastante arrabalero, pero con esa mística que invitaba a entrar en él. Decidí que era el lugar elegido. Mi acompañante me preguntó con cierta duda: ¿En serio?... al ver su cara vi que realmente no me creía, así que simplemente me bajé, para demostrar que era verdad.

Al entrar al lugar, nos topamos con la sorpresa de que ¡no había nada!. Era un lugar que parecía que en algún tiempo tuvo su apogeo, pero ahora, no era más que una bodega grande y vacía, con pocas mesas y una luz neón azul (Sin olvidar sus mesas de metal con el logo de Carta Blanca). Pásenle muchachos, nos dijeron las meseras, pero decidimos abandonar el lugar. ¿A qué íbamos a entrar?, ni modo que a tomarnos un cafecito.. además capaz que ahí nos agarran y por decir lo menos amanecíamos en la Barranca, y ni quien se diera cuenta. Mejor nos pelamos.

Pocos minutos después de avanzar por la carretera, vimos un anuncio de un lugar llamado “Encantos, al cual decidimos entrar. Descendimos del auto, pasamos junto a un puesto de hot-dogs, que se veían como una bomba para el corazón, lo que el cardiólogo recomendaría antes de una sensual experiencia. Una camioneta pasa por la carretera y algo nos grita, nada que quite mi aplomo de entrar. Mi amigo, tranquilo, solo atento a que yo estuviera cómoda.

En este lugar sí se contaba con pista, y dos tubos. Era un lugar amplio con muchas mesas. Un mesero nos recibió muy amablemente, muy propio, tipo mesero de boda. Las chicas que bailaban en el lugar bebían con sus acompañantes, la Sonora Santanera sonaba, y las televisiones estaban programadas en C7, descubre tu cultura; uno no se puede quejar de que es una experiencia muy enriquecedora y cultural. Además de que aquí se veía más poblado el asunto.

Creo que en el lugar, casi, solo estábamos mi amigo y yo, además de las bailarinas y sus acompañantes.

Después de aproximadamente 15 minutos, el “chou estaba a punto de iniciar. Ana fue llamada a la pista (por una voz de ultratumba, tipo locutor de estación de radio grupera o algo así), e inició el espectáculo. Honestamente no recuerdo con cual canción lo hizo, lo que sí tengo muy presente es que uno de sus bailes más románticos y sensuales los hizo con “Hotel California.. Bueno, eso sí que es tener estilo o seguro eso creía Ana, al contar con tal banda sonora.

Ana era una mujer de aproximadamente 35 años, guapa, un poco llenita y creo que no bailaba mal. Con una destreza impresionante para deslizarse por el tubo. Lo que me llamó mucho la atención, era que los meseros y trabajadores del lugar, la veían como una compañera de trabajo más, yo podría haber pensado antes de esto, que las personas de ahí les faltarían al respeto y se distraerían viéndolas, pero todo lo contrario. Esto a pesar, que el lugar no era “de mucho presupuesto.

En su última actuación, Ana, sorpresivamente se quitó toda la ropa, se retiró y quedamos en espera de alguna otra compañera.

Lástima que sus otras amiguitas ya estaban muy entretenidas, demasiado entretenidas diría yo; por lo tanto, decidimos que ya no teníamos cabida ahí.. La última y nos vamos.. y así fue.


Dulce González