miércoles, 16 de septiembre de 2009

¿Cuándo celebras tu cumpleaños?


Cuenta la leyenda que yo nací el 19 de Enero, después de tan sólo ocho meses de gestación; en un lejano pueblito de la Sierra Madre Occidental mexicana, a eso de las 4 de la tarde, tiempo del Pacífico o como quiera que se le diga. Habiendo ya leído este importante dato, tal vez puedas responder con mucha seguridad esta pregunta: ¿Cuando celebra HeK su cumpleaños?... piénsalo, meditalo... ¿Listo?... ¡Exacto! .. el 19 de Enero.

Sería raro que yo lo festejara en Mayo, eso es definitivo. O si tú naciste en septiembre, igualmente sería muy extraño que te diera por armar la pachanga respectiva en diciembre ¿no?. Eso es porque nosotros, celebramos tal festividad el día que nacimos; no el día que nuestros papás nos dieron origen en una noche de pasión (ya sea pensada o no).

Siendo los párrafos anteriores tan elementales, no deja de ser de llamar la atención que celebremos el nacimiento de algo, el día que "los papás le pusieron". Y me refiero precisamente a lo que los mexicanos celebramos en esta fecha tan emblemática, la independencia de nuestro país con respecto a España. No me malinterpreten, a mí me encanta celebrar el 15/16 de septiembre, gritar vivas, tomar tequila y comer fritangas al por mayor. Pero sin duda el fenómeno que describo es el claro ejemplo de que la historia la escriben los que ganan.

Miguel Hidalgo, nuestro sacrosanto viejecito y padre de la Patria.. sólo duró en la lucha unos cuantos meses, porque algo falló en la inteligencia metsicana y que lo agarran. Allende y Aldama no eran muy fans del buen Miqui, porque no estaban de acuerdo en que dejara que sus tropas (si así se les podía llamar) saquearan cuanto poblado se encontraran a su paso. Así que es mentira que todos siguieron a Hidalgo por amor a la patria bla bla bla, si lo seguían es porque había de comer, y eso pues ya era ganancia. Guerrero e Iturbide en cambio (sobre todo el Agus) son los que realmente culminaron la lucha. Haiga sido como haiga sido, Iturbide es el que debería llamarse padre de la patria, porque con el nació realmente México. O igual puede haber dos padres, total, aquí no hay exclusividad a la televisa. Peeeeero, como de repente el personaje en cuestión se proclama por azares de la vida Emperador, y las cosas no salen bien, pues su memoria está refundida en lo más profundo de nuestra historia patria. Nadie es perfecto, no todo es blanco o negro, ¿por qué nuestros estudiosos se empeñan en que así sean los personajes de la gustada y lacrimógena historia nacional?

No pretendo con expresar esta idea, que se suprima la celebración del 15/16... ¡Jamás!, sería injusto que nos quitaran ese bonito y patriótico festejo. Por el contrario, exijo que el 27 de Septiembre también sea festivo.. digo, otro día de descanso no le caería mal a nadie. O ya mínimo hacemos un promedio y que la única festividad independentista sea el 22; ni tú ni yo.

En estos días siempre le deseamos larga vida a nuestro país. Para asegurarnos de que esto se cumpla es necesario realizar muchas cosas y arreglar ciertos asuntos que mejoren la salud de nuestra querida nación. Confío en que pronto podamos lograr ser unos mexicanos dignos de la tierra en la que nos tocó nacer. Habiendo dicho lo anterior, sólo queda beber un caballito, aclarar la garganta, agarrar el sombrero para que no se caiga, y gritar: ¡¡Viva México cabrones!!

De tu arte a mi arte...


Hace algunos días tuve la oportunidad de asistir a la exposición de David Lachapelle (quien será llamado Deivi en lo que resta de este post), interesante experiencia realmente. La imagen que precede este escrito es la que te da la bienvenida y te invita a adentrarte en ciertos delirios de la mente del fotógrafo. Clara alusión a La Pietà de Miguel Ángel, vemos a Courtney Love sosteniendo al difunto Kurt Cobain, que, si no estaba muerto aún, pues seguramente ya casi. Varias preguntas me asaltaron al ver tal imagen... ¿Cómo fregados logró esa foto?, ¿de dónde sacaron al Kurt?... pero lo más inquietante fue sin duda.. ¿qué me ve el mocoso? y ¿de qué se está sonriendo el wey? Los cuestionamientos referentes al hombre en calzones son resueltos, los del escuincle siguen revoloteando en mi cabeza.

Imágenes que juegan con fuego y agua. Donde se muestran los excesos e hipocresía de nuestra sociedad, y que realmente impactan (al menos debo admitir que cayendo en los clichés que tanto odio, dos composiciones sí me pusieron la piel chinita literalmente.. ni modo, tengo que admitirlo). Fotografías que muestran la debacle de occidente en una forma colorida, intensa y divertida. Me gustaron en particular, las recreaciones que hace de ciertos pasajes de la biblia, donde se ve a Jesús conviviendo con mendigos, cholos, raperos, padrotes y prostitutas (¿Cómo habrá sido el rap en tiempos del Chuy?). Pura gente fina, pero según eso, era la gente que el buen Yisus frecuentaba para cotorrear y ante las cuales jamás mostró desprecio. Si es cierto o no, yo no sé, pero así dicen por ahí. Las buenas conciencias actuales que se jactan de ser personas intachables y muy religiosas, seguramente ni siquiera dirigen la mirada a estas personas, o si lo hacen es para demostrarles su desprecio (o para olvidar los golpes de pecho por un rato). ¡Saludos al cardenal!

Vaya que se trajo buenas fotos el Deivi. Hay una sección dedicada a su visión del apocalipsis, donde destaca el contraste entre la catástrofe y unas morritas que no pierden el glamour; llueve, truene, relampaguee, o en este caso se les venga literalmente, el mundo encima. En otras se ven a las estrellas del firmamento joligudense fuera de su hábitat natural y siendo protagonistas de imágenes realmente surrealistas.

Después de un par de horas, salí del museo, satisfecho con lo que había visto. Listo para poner mi mente nuevamente en estado de relajación findesmanesca. En cuanto vuelvo al mundo real, el sol del medio día cala en los ojos y un sonido llama mi atención. Es un tipo que se empeña en captar el interés de los caminantes, patinadores y ciclistas a través de un relato. Y vaya que lo logra con varios individuos, entre ellos yo. El susodicho narrador cuenta la historia de una sociedad perfecta y utópica, donde todos son iguales y felices. Ahhh que bonito, ¿verdad?

Pues conforme me voy adentrando en la trama, me doy cuenta que bonito lo que se dice bonito no es. La historia trata de un gobierno que se dedica a quemar los libros, para así evitar que la gente pueda formular preguntas y las dudas los asalten, impidiendo así su felicidad. Además busca que todos sean iguales (un comunismo un tanto retorcido.. sí, aun más), sabiendo lo mismo, o para ser más exactos siendo unos ignorantes de primera categoría. Y entre tanta alegría y equidad, existe un grupo de revoltosos mugrosos que se encarga de imponer el desorden, al memorizar los libros para evitar que las ideas y el conocimiento se pierdan, y poder compartirlos de boca en boca. La actuación termina, el narrador y los actores son premiados con aplausos. La verdad han hecho un buen trabajo, seguramente pronto adquiriré el libro al que se hace alusión con su actitud (si es que no logro gorrearlo un día de estos).

Me fue inevitable hacer una comparación entre la sociedad descrita en la narración y el entorno en el que nos movemos. Sólo que existen unas cuantas diferencias. A nuestro gobierno dudo que le importe nuestra felicidad, lo que quieren y desgraciadamente están logrando es que nuestra ignorancia no interrumpa su eterna alegría llena de dinero, naquez y más dinero. Ellos ni siquiera tienen que quemar los libros, porque nosotros mismos nos encargamos de que esas ideas no lleguen a nuestras mentes. Y si bien nos va; el mexicano promedio lee el alarma, el Tvynovelas o ya si se cree muy erudito a Carlos Cuauhtémoc Sánchez. Supongo que si queremos un cambio (como muchos lo pregonamos) debemos comenzar por transformar nuestras ideas y formarnos un criterio, y eso sólo se logra estando expuestos a diversas formas de pensamiento, muchas de las cuales, se encuentran escondidas en las letras, esas mismas letras que muchas veces por flojera o ignorancia no nos detenemos a leer.

"Yo por eso les digo, que mejor no lean" .- Vicente Fox

"Lee, para que así, puedas vivir" .- Gustave Flaubert


lunes, 7 de septiembre de 2009

Y ora, ¿pa dónde?


Tarde lluviosa en Guadalajara. Mmmta madre, a ver si no se ceba el plan nocturno. La espera de un mes llegaba a su fin. Una vez más (como otras 16 anteriores...oficialmente) me disponía a hacer sufrir al pavimento con la furia de mis dos ruedas, mi córcel metálico estaba listo para sembrar el terror en la ciudad... o simplemente dar un paseo, como se le quiera ver. Era el día de un nuevo paseo nocturno en bicicleta, y yo estaría ahi.

Se empieza a juntar la gente en mi casa. Primero llega una amiga, nerviosa por ser una novata en estos menesteres, recibe palabras de tranquilidad y aliento de mi parte. La plática fluye, esperando a otro compañero de ruta que al fin llega. Listos, ¡vámonos!. Llegamos unos minutos después de la hora pactada, pero vaaamos, nunca salimos a tiempo, no hay problema. Avanzamos al punto de encuentro con otros miles de ciclistas. ¿Miles?, no veo a nadie... ah chingá ya se fueron, dice una voz desconocida por ahí. ¿Qué onda amigo, vamos a alcanzar a los demás?, dice una voz femenina, pues vamos, respondo. Comenzamos a acelerar en busca del contingente desalmado que nos abandonó a nuestra suerte. Somos una decena de ciclistas olvidados, dispuestos a todo. Gloria o muerte (que payasada, pero pues así suena más acá, ¿qué no?). En cuanto empezamos la persecución, encontramos una compañera que no nos dejará durante un buen tramo: el agua. Este líquido se encarga de ensuciarnos las espaldas y pantalones. A lo lejos divisamos a los puntuales; uy sí, muy chingones ahorita los alcanzamos. Acelero, de repente me siento solo... mi amiga queda esperando poder cruzar una avenida. Aguardo por ella, todos nos han rebasado, con excepción de una pareja de pseudo hippies-rastafari. Los cuatro nos disponemos a seguir nuestro camino, sorteando carros, autobuses que pasan cerca de nosotros, y el agua, bendita agua... que moja mi camiseta y pantalones por todos lados, líquido del mismo origen cae en mi cara; este paseo si que está poniendose divertido.

Kilómetros después, nos encontramos a dos compañeros más de ruta. Un señor risueño y un ruquito, que si no es su papá, mínimo si es su tutor. Encrucijada: ¿Ahora a dónde vamos?.. los rastafari agarran pa un lado, los ruquitos no se deciden. De buena onda me quedo esperando a la venerable senectud... valiendo... la parejita ya se peló, y ahora tengo a cargo a dos honorables señores. Al instante me entra un sentido paternal de no se donde, y voy preocupado por ir cuidando al anciano en su osadía ciclista, además del cansancio físico, ahora me preocupo por un desconocido,¡lo que me faltaba!. Calles obscuras en las zonas no tan exclusivas de la ciudad son nuestra escenografía. Calles y más calles son nuestros únicos acompañantes.

De repente, más ciclistas perdidos se nos van uniendo, poco a poco somos un grupo de mínimo veinte, y nadie se raja. La gente que nos ve nos grita y nos aplaude, nos dicen en donde andan los demás y aceleramos el paso... este paseito se esta tornando cansado, pienso, cuando a lo lejos, veo a todos los ciclistas puntuales y aburridos que siguen la ruta y un orden establecido. ¡Allá van!, les digo a unos cuantos de mis acompañantes... ¡Gracias Dios! grita por ahí un sombrerudo, y aceleramos, alcanzamos al contingente y lo celebramos; nuestro trabajo y sudor nos costó, espero el ruco aun siga vivo. El paseo sigue normalmente, llegamos al final de la ruta. Ahi nos encontramos con el pípila y la campana de la independencia, quienes entran a un concurso de disfraces, pero son vencidos por un Miguel Hidalgo de petatiux. Ni modo, you can't always get what you want, dicen los stones. Con esos rucos si habría estado chido andar pedaleando.

Fue una experiencia interesante, bicicletear por rumbos no tan conocidos de la ciudad, sin tener la certeza de a dónde ir. Charlar con personas desconocidas, como si tuvieras ya un largo tiempo de convivencia. Todo terminó con unos buenos tacos (para balancear la caloría perdida) y una buena charla. Cuenta regresiva para el siguiente paseo... me cae que ahora sí llego temprano.

Nota: Habiendo sido tan accidentado el trayecto de este mes, la foto anexada es de algún paseo anterior.

Gettin' Kinky!


Hay múltiples formas de disfrutar un fin de semana... tirarla en tu casa, escondiéndote un rato del mundo. Tal vez escapar de la ciudad, ya sea a la playa, la montaña, o algún lugar más exótico y lejano. Pero ¿qué te parecería que te invitaran a un lugar en el cual seguramente serás golpeado, empujado, mojado (con quien sabe que extraño líquido), manoseado, pisoteado, y tú para defenderte tuvieras que empujar a más de algún individuo, lanzar una que otra patada y además de todo esto realmente terminaras cansado?... ¿Aceptarías la oferta?, yo lo hice y creo que fue una excelente decisión.

Los que me conocen (y los que no, están a punto de enterarse) saben que me encanta asistir a conciertos. Pero digo, generalmente es de individu@s cuya música me agrada, o donde la propuesta suene prometedora (este fue el caso). Aún no me animo a abrir mis horizontes de tal manera como para irme un domingo a bailar banda o a un megaconcierto grupero, ahi sí me brota un poco lo "fresa y amargado".. ni modo, aun no llega a tal grado mi eclecticismo musical, pero quien sabe, igual pronto les doy la sorpresa y me encuentran con mi sombrero, mis wrangler y una bonita camisa con estampados churriguerescos. Pero bueno, mientras llega ese espeluznante día, me dedicaré a contarles mi última experiencia conciertil.

Volviendo al tema, del lugar en el que fui vilmente maltratado, puedo deducir que tengo tendencias masoquistas. A pesar de todo lo que yo mencioné, salí encantado, me divertí como nunca, y la música fluyó de tal manera que me hizo bailar de una forma que no sucedía desde hace tiempo.

Pasando por una canción dedicada a mi primer amor, seguida de esas chicas malas que de repente se antojan, y sin olvidar a las muchachitas que nos gustan por coquetas, la noche fue tomando un ritmo bastante bueno. De repente, alguien que tomó mucho chocomilk en su infancia se instala frente a mí... uta madre, ya no veo nada... cuestión de empezar a brincotear nuevamente para incomodarlo y se quite. El gigantón fue vengado por una gorda que me abrió de mi lugar con relativa facilidad (manejaba la seño armas biológicas poderosas), ni modo, a emigrar a otro punto con buen paisaje. Lo encontré. Las batallas previamente descritas no fueron motivo para que yo no disfrutara de mirar de lado al mundo por ciertos momentos, o de ejercitarme por décimosexta vez. También hubo tiempo para un coctelito de barracuda, sin olvidar el lado serio criticando a los presidentes de nuestra sacrosanta nación (Próxima a cumplir 200 años de libertad, dicen por ahí), y finalmente un tema de reflexión...¿A dónde va la gente cuando se petatea?... eso sí quien sabe... pero espero sea un lugar como el de ese sábado, lleno de buena vibra y gente dispuesta a divertirse (Hasta una que otra manoseada podría aceptarse). Algo que si me queda claro, es que hay ocasiones en que todo se combina y hace que uno agradezca que mientras por allá se llenen los panteones, aquí se llene de chingones. ¡Espero que aún falte mucho para que tú y yo nos esfumemos!