miércoles, 29 de septiembre de 2010

¿De qué lado estoy?


Me encontré este texto escrito por un estudiante. Lo modifiqué un poco para fines del blog.

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¿De qué lado estás?, dice la campaña de la FEU. Muy bien, yo estoy del lado de quienes pagamos impuestos, no de los que simplemente se los roban. Estoy del lado de quienes estudian, no de quienes sin méritos se hacen llamar rectores o dirigentes estudiantiles. Estoy del lado de la educación, no de los porros y de los vándalos agrupados en la FEU. Estoy del lado de los verdaderos profesores e investigadores, no de los vividores . Estoy del lado de quienes quieren asumir el puesto que tienen y no de los que se prestan a ser los firmones de otros y devalúan a la autoridad universitaria sometiéndola a los caprichos del cacique.


Estoy del lado de los que queremos estudiar y no del lado de quienes nos usan para conseguir más dinero para sus negocios personales. Estoy del lado del mérito y del esfuerzo, no del lado de los corruptos funcionarios de la U de G (que no son todos) que pelean hoy los privilegios a los que los tienen acostumbrados a costa de una pésima calidad de las aulas, los laboratorios y los centros universitarios.


Estoy del lado de los trabajadores , no de los líderes sindicales charros que mantiene el control para que nadie progrese mientras ellos se llenan los bolsillos con el dinero de nuestras cuotas. Estoy del lado de los miles de jóvenes de Jalisco que se quedan fuera de la preparatoria o una carrera universitaria. Estoy del lado de los padres de familia que aspiran a que los impuestos que pagan sirvan para que sus hijos puedan estudiar una carrera profesional, no de los porros que defienden que ese dinero se destine para financiar campañas feuistas, del PRD y del PRI. En suma señores de la FEU, sin dudar les respondo que “estoy del lado” de la Universidad de Guadalajara, no de los corruptos ladrones que la usan para su beneficio personal y nada entienden de educación.


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A título personal agregaría... tampoco estoy del lado de Emilio.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Los Leoncitos


Érase una vez una manada de leones, que habitaban un valle fértil, bello y con buen clima. Llegaron ahí después de mucho andar, y de sufrir penurias y sacrificios. Lograron llevar un modo de vida ordenado, donde cada quien tenía sus funciones claras.

Unos felinos se encargaban de gobernar, otros de la seguridad de la manada y algunos más de conseguir alimento. Era tal el nivel de vida que se había alcanzado, que leones de otras latitudes se acercaban con espera de ser aceptados en la manada. Con la intención de perpetuar el buen nivel de vida que se tenía... los gobernantes y los sabios decidieron abrir una escuela. Ahí se educaría a las nuevas generaciones para que llevaran a cabo las labores que la manada necesitaría en el futuro.

Para tal motivo educacional, se dieron cuenta que necesitarían recursos. Había que tener instalaciones adecuadas, darles algo a cambio a los sabios por transmitir sus consejos a los cachorros etc. Entonces se acordó que de todos los bienes colectivos de la manada, una parte se dedicaría para "Los Leoncitos". Esta medida fue aplaudida por todos y así iniciaba una nueva institución.

Se nombró un director para la escuela. El se encargaría de administrar los recursos que todos aportaban para que sus hijos fueran "unos leones" de bien. Desgraciadamente, este director comenzó a utilizar los recursos en causas que no iban precisamente para los cachorros. Otros leones se dieron cuenta que utilizaba lo que todos aportaban para su beneficio propio y comenzaron a verlo con cierto odio. Ya no estaban tan seguros de querer seguir dándole a este director la posibilidad de beneficiarse con lo que no era suyo.

Por otro lado la clase gobernante no estaba ya muy contenta con esa "escuelita". Ya que cada vez resultaba más difícil controlar a las nuevas generaciones, que cuestionaban ciertas decisiones de las altas esferas de la manada, impulsados por ciertas ideas que habían aprendido. "Los leoncitos" ya no eran tan maleables.

Los gobernantes buscando quitar un poco de poder a los sabios, dejaron de entregar recursos para el mantenimiento de la llamada "Escuela", valiéndose del descontento que muchos tenían con sus directores. Éstos, aprovechándose del poder que tenían, lanzaron una amenaza de dejar de seguir educando cachorros si no se les entregaba lo que por ley les correspondía (a pesar del mal uso que hacían de ello). Además de hacer notar que la manada, ya no era ni de cerca la número uno de la región, y que otras los habían superado en nivel de vida, debido a la ineficiencia de sus gobernantes. Había que agregar que además el líder de los gobernantes era un león de ideas muy cortas y no precisamente muy inteligente.

La población se polarizó, unos apoyaban a los gobernantes y otros a los sabios (aunque algunos resultaron ser bastante corruptos)... y los leoncitos quedaron atrapados entre el fuego proveniente de ambos mandos (bueno, los que no tomaron algún bando incondicionalmente) . ¿Cuál sería un buen final?. Yo comenzaba quitando al director (o al que realmente dirige)... y seguía con varios inútiles de la manada; no precisamente los que trabajan en la escuela.


Nota: Si usted lector, encuentra cierta similitud con la realidad... tiene razón.

El domingo que desperté en el tren...


Y no fui el único... cuando abrí los ojos esa mañana, estaba acompañado por aproximadamente otras 60 personas que parecía que decidieron pasar la noche anterior en los mismos vagones que yo.

Que buena peda, o estuvo denso el bacanal... podría más de alguno pensar. Realmente no me quejaría si estos pensamientos fueran ciertos: pero creo que recordaría si algo así hubiera sucedido con mis acompañantes en esta aventura. Para ser fin de semana y tan temprano, nuestro grupo se veía inusualmente fresco y animado de ya estar de pie a esas horas que muchos consideran inhumanas.

Nos fuimos reuniendo poco a poco. Algunos madrugadores nos esperaban en unas escalinatas, otros llegamos en bicicleta, unos más caminando. Nos reconocíamos por alguna energía especial y nos sonreíamos tímidamente, a sabiendas que nos divertiríamos, por decir lo menos. Todos contábamos con un factor distintivo: una misteriosa mochila/morral/maleta que anunciaba que algo teníamos que ocultar.

A falta de diez minutos para las once de la mañana, emprendimos el camino.. fuimos a Sanjuanear, y ahi empezamos con el rito con el que por fin despertaría ese día (y que buscaba en cierta manera "despertar" a otras personas)... ahí enfrente de varios transeúntes mi mochila se abrió y empecé a despojarme de cierta ropa, para colocarme algo mas ad hoc, otras bellas señoritas se encargaban de quedar en toalla, un@s más decidieron que era hora de volverse a colocar las pantuflas y sentirse como en casa.

Descendimos a las entrañas del popular barrio, su estación de tren, muy quitados de la pena bajamos sus escalones luciendo batas de baño, pijamas, caras con mascarilla, toallas amarradas en diversas partes del cuerpo. El material extra era proporcionado por revistas, periódicos y espejos. La gente "normal", nos veía: muchas veces sonriendo, otras más con asombro, alguno que otró más techie captaba el momento en que unos sesenta locos decidieron hacer el transporte público su casa por unos minutos con su celular. Y claro, no faltaba quien reprobaba totalmente este acto. Como una respetable señora que me abordó y me dijo: "En lugar de estar haciendo estas cosas tan libertinas, deberían organizarse e ir a misa".

¿Le respondí?... ya me conocen.. sí. Le dije muy respetuosamente que no sabía de que me hablaba, que yo ni conocía a todos mis demás cofrades dominicales. Refunfuñó y se fue. Señora, caman, no se amargue y póngase las pj's.

Parece que el objetivo se había logrado. Llamar la atención era el fin, hacer notar la importancia de contar con un transporte público digno, cómodo y funcional para sus habitantes. Hacerle ver en una manera pacífica y diferente al gobierno que existe voluntad por dejar el auto y usar formas de traslado más amigables (con el ambiente, no como pasa en el 380), pero para eso pues hay que invertirle, tampoco somos vacas. De igual manera hacernos ver por el resto de la población, que sepan que también nosotros podemos ser elementos de cambio si nos decidimos a dejar de rendirle tributo al auto de una manera tan obvia.

Se que hay mucho que criticar a la situación actual de la movilidad tapatía. Esto quiere decir que hay mucho que mejorar. Al menos ya se dedicaron unos minutos a leer crónicas y hablar del tema. Algo bueno debe salir de esa mañana en que un grupo de pelados hizo del tren ligero su casa, incluso ante la indignación de la "liga de la decencia" tapatía. Y sí, a pesar de todo este rollo.. creo que merece la pena que destaque algo: fue más que divertido.



PD. Este tipo de evento se llevó a cabo el mismo día en estas ciudades: Bogotá, Bruselas, Dusseldorf, Guadalajara, Helsinki, Lima, Melbourne, Monterrey, Nueva Delhi y Sao Paulo. Para más info, píquele aquí: http://www.youthforpt.org/

PD 2: La foto la tomé prestada del Periódico Público-Milenio, porque mis fotos no salieron tan buenas. Si alguien tiene, rólelas, no sean así.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Rugido boreal


Tanto tiempo de ausencia de este mi muy estimado blog se ha debido a diversos compromisos laborales y sociales. El que a continuación narraré no era para nada un compromiso y mucho menos un lugar en el que me esperaría estar.

Tarde lluviosa en la perla. De algún modo me hice de unos boletos para ver a los Tigres del Norte... ja!. Como no soy lo que se llama precisamente su fan, regalé las entradas a dos personas que lo disfrutarían más. Había que recoger los muy preciados papelitos. Éstos se me darían personalmente por lo que tuve que pararme en el recinto donde se llevaría a cabo el concierto. Todo fluyó normalmente, mis invitados entraron y yo platicaba alegremente, fuera del auditorio.

Ahí vi el desfile de personajes que asistían a ver a los Rolling Stones mexicanos (no me culpen a mí, así los llamaron en un noticiero español. Me cai.). Llegó una prima que decía que no podía creer encontrarme ahí, el secretario de planeación urbana (o algo así) que se apenó cuando lo reconocí, un padrecito que vive por mi casa, etc.

De algún modo me ofrecieron entrar y pensé... bueno.. ya estoy aquí, jamás pienso pagar por verlos, veamos que hay. Había y mucho, abundaban los sombreros y una que otra peluca con un mechón blanco. Los temas que se coreaban de una granja, una tumba falsa y una pandilla que utilizaba un carro rojo.

Roja también era la manzana que enloqueció a multitudes que se contoneaban sabrosamente al ritmo del acordeón y los pujidos musicales del vocalista. La gente entonaba con mucho sentimiento tristes historias de desamor y pérdida de esperanza más allá de la border. Yo lo confieso, reía y disfrutaba maravillado como se comportaba la gente. Entiéndanme, soy un neófito en el terreno de este tipo de espectáculos.

Siguió la famosa historia de Camelia la de Tejas, el lugar se venía abajo tratando de hacer lo mismo con los tres candados de la puerta negra para seguir con el mero mero: el jefe de jefes. Para entonces las pocas canciones que reconocía iban agotándose (Cabe mencionar que yo contaba con el playlist y podía saber qué canción seguía antes que todos los pelados en las butacas). Estos mismos pelados (y peladas), aprovechaban cualquier oportunidad para ponerse de pie frente al escenario, tomar el pie de su felino favorito y sobarlo mientras posaban orgullosos para una foto del recuerdo.

Segundo momento desgarrador para las masas que se dan golpes en el corazón. Teresa Mendoza y su corrido hacen su aparición, lo escucho gustoso al ser la heroína de uno de mis libros favoritos. Culmina y veo de nuevo la lista de canciones. Nada relevante en el futuro inmediato, aquí se rompió un taza.

Agradezco la oportunidad de haber presenciado a los Taigers. Realmente puedo decir que será un evento irrepetible para mí. Me agradó el ver como viven y disfrutan su música las personas que tienen unos gustos diferentes a los míos. A todos los que hicieron posible esto.. ¡muchas gracias!. Eso sí, no creo que me vean pronto ni en el palenque, ni en cosas de ese tipo. Lo mío lo mío es el danzón. Ja!


Sin talento no busques grandeza,
porque nunca la vas a tener.


PD: Sólo para informar, ahí andaba el Cavernal y bailó y bailó.

Canta y no llores...


Porque últimamente las lágrimas han empañado nuestros ojos en más de alguna manera, o hemos visto o leído cosas que no han sido motivo para celebrar en lo absoluto. Es por eso que entiendo en cierta manera a la gente que dice que en estos 200 años (La palabra bicentenario es tan rimbombante pero ya muy cacareada, igual que "espurio") del inicio de la lucha por la Independencia, no hay absolutamente nada digno de ser conmemorado.

La entiendo pero difiero.Quieranse poquito.. no se me subestimen. Al menos yo, y se que muchos de mis conocidos sí tenemos mucho porque armar alboroto aunque sea unas horas. Durante varios minutos, sentir una catarsis, tener ese sentimiento de ver a cualquier persona a los ojos y saber que existe un sentimiento común de alegría (y en la mañana de hoy de cruda comunitaria, tal vez).

Hablo desde una posición cómoda (lo admito). A mí no me han secuestrado ni matado a ningún ser querido. Nunca he sido asaltado, con decir que ni la policía me ha parado para una revisión de rutina. Tampoco he pasado hambre dramática ni sufrido ese frío desesperanzador. Se que para gente que ha vivido eso y más, tal vez sea difícil celebrar. También los entiendo.

Lo que no termino de comprender es el discurso patriotero de muchas personas, que en estas fechas se desviven por mostrar su nacionalismo, y a partir de mañana (si no es que desde hoy) invadirán con sus autos las rampas y lugares para discapacitados, harán de la transa el verdadero deporte nacional, y se regodearán en el fracaso de sus congéneres, en lugar de ayudarlo a triunfar. Tan sólo por mencionar algunos casos.

Afortunadamente, conozco gente que es el otro lado de la moneda. Gente honesta que trabaja con ímpetu y ahínco (dos palabras que casi nunca uso cuando hablo) para lograr crecer en diversos aspectos de la vida, y por ende hacer crecer a su país. Individuos capaces de solidarizarse con los demás en busca de una meta (benéfica) común. Por eso creo que el decir que no hay nada que celebrar, es subestimarnos, hay logros que hemos conseguido, y que creo yo.. debemos darnos un tiempo para reconocérnoslo. Nosotros que creemos firmemente en que tarde o temprano cambiaremos las situaciones que nos disgustan e indignan en este terruño.

Por eso insisto, dejen un rato las poses intelectualoides; para eso tienen el resto del año. Dénse un rato para celebrar. Para gritar (aunque sea para sus adentros):

Que Viva ese México que tiene esperanza y la construye día con día;
ese país que se niega a la putrefacción causada por la corrupción y la injusticia;
Viva el México de los jóvenes que toman el camino del estudio y el trabajo, sobre el crimen y el dinero malhabido;
el México de los viejos que tendrán la esperanza en sus corazones hasta su último suspiro;
Viva el país en el que aun existen servidores públicos honestos que se preocupan por su pueblo;
Viva el México de los activistas que buscan realmente el beneficio de la comunidad;
Viva el país, en el que se respetan y discuten de manera constructiva las ideas;
Viva el México que busca el desarrollo a través de la ciencia, la cultura y la legalidad;
Que Viva ese México que espero aniquile algún día al otro México en el cual la celebración debe ser impensada.