jueves, 16 de septiembre de 2010

Canta y no llores...


Porque últimamente las lágrimas han empañado nuestros ojos en más de alguna manera, o hemos visto o leído cosas que no han sido motivo para celebrar en lo absoluto. Es por eso que entiendo en cierta manera a la gente que dice que en estos 200 años (La palabra bicentenario es tan rimbombante pero ya muy cacareada, igual que "espurio") del inicio de la lucha por la Independencia, no hay absolutamente nada digno de ser conmemorado.

La entiendo pero difiero.Quieranse poquito.. no se me subestimen. Al menos yo, y se que muchos de mis conocidos sí tenemos mucho porque armar alboroto aunque sea unas horas. Durante varios minutos, sentir una catarsis, tener ese sentimiento de ver a cualquier persona a los ojos y saber que existe un sentimiento común de alegría (y en la mañana de hoy de cruda comunitaria, tal vez).

Hablo desde una posición cómoda (lo admito). A mí no me han secuestrado ni matado a ningún ser querido. Nunca he sido asaltado, con decir que ni la policía me ha parado para una revisión de rutina. Tampoco he pasado hambre dramática ni sufrido ese frío desesperanzador. Se que para gente que ha vivido eso y más, tal vez sea difícil celebrar. También los entiendo.

Lo que no termino de comprender es el discurso patriotero de muchas personas, que en estas fechas se desviven por mostrar su nacionalismo, y a partir de mañana (si no es que desde hoy) invadirán con sus autos las rampas y lugares para discapacitados, harán de la transa el verdadero deporte nacional, y se regodearán en el fracaso de sus congéneres, en lugar de ayudarlo a triunfar. Tan sólo por mencionar algunos casos.

Afortunadamente, conozco gente que es el otro lado de la moneda. Gente honesta que trabaja con ímpetu y ahínco (dos palabras que casi nunca uso cuando hablo) para lograr crecer en diversos aspectos de la vida, y por ende hacer crecer a su país. Individuos capaces de solidarizarse con los demás en busca de una meta (benéfica) común. Por eso creo que el decir que no hay nada que celebrar, es subestimarnos, hay logros que hemos conseguido, y que creo yo.. debemos darnos un tiempo para reconocérnoslo. Nosotros que creemos firmemente en que tarde o temprano cambiaremos las situaciones que nos disgustan e indignan en este terruño.

Por eso insisto, dejen un rato las poses intelectualoides; para eso tienen el resto del año. Dénse un rato para celebrar. Para gritar (aunque sea para sus adentros):

Que Viva ese México que tiene esperanza y la construye día con día;
ese país que se niega a la putrefacción causada por la corrupción y la injusticia;
Viva el México de los jóvenes que toman el camino del estudio y el trabajo, sobre el crimen y el dinero malhabido;
el México de los viejos que tendrán la esperanza en sus corazones hasta su último suspiro;
Viva el país en el que aun existen servidores públicos honestos que se preocupan por su pueblo;
Viva el México de los activistas que buscan realmente el beneficio de la comunidad;
Viva el país, en el que se respetan y discuten de manera constructiva las ideas;
Viva el México que busca el desarrollo a través de la ciencia, la cultura y la legalidad;
Que Viva ese México que espero aniquile algún día al otro México en el cual la celebración debe ser impensada.


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