lunes, 22 de junio de 2009

¿Quién es el más perrón?


Es un cuestionamiento que me ha asaltado desde hace un mes. Es en referencia a los distintos candidatos que buscan ganar un hueso este 5 de julio.. o cuando diantres sea la elección. Tal vez no lo pienso en esos términos.. pero si me pregunto, ¿quién es el bueno?, ¿quién es el menos pior?. Debo confesar que mi ánimo era el de ir a la casilla y anular mi voto, hasta que lo conocí. Admito que su propuesta no me convenció cuando lo vi en un artículo en el periódico (nota cultural: Salir por el ansiado papelito con noticias a mi cochera en estos tiempos lluviosos se vuelve muy difícil); no me impresionaba más que una niña con gorrito de chef a quien no le asusta que Jesús Ortega se la viva en su casa (tragando, pisteando y viendo telenovelas, creo yo); ni me causaba más impacto que ver señores gordos sonriendo para ver si así ganan mi voto, prometiendo cosas que no cumplirán. Simplemente me parecía un candidato simpático.

Hasta que lo conocí mientras yo paseaba por la ciudad en mi bicicleta. Ver la decisión en su mirada, observar la alegría que le causaba estar con la gente, me incitó a acercarme a este neocandidato. Una vez junto a él, me di cuenta que él nunca sería el gato de nadie; que lo que él busca no es un hueso político. Además la vehemencia con que sus seguidores lo vitoreaban, y nuestro héroe respondía, me convenció.

En estas elecciones, no anularé mi voto. Yo estoy con Fidel. Él es el más perrón.


PD: Para mayor informes sobre su plataforma política visiten http://candidatofidel.blogspot.com/

El último cajón


La programación televisiva sabatina es aun peor que las de los otros días de la semana: Programas de concursos insulsos, noticieros chafas, caricaturas poco graciosas, pero eso sí muy viejas. Supongo que mi mente harta por mi intento de alimentarla con tales producciones, me mandó una señal un tanto extraña: Acomodar mis cajones, después de un buen tiempo de no hacerlo.

Por alguna inexplicable razón decidí obedecer tal mandato. Todo transcurría normalmente en tan ardua tarea hasta que llegué a mi último cajón. Nunca pensé tardar tanto poniendo orden en él, pero debo admitir que lo disfruté (por más ñoño que eso suene). ¿Por qué lo disfruté?... fácil, mi último cajón es el reducto de muchos de los objetos que me recuerdan algo interesante en mi vida.

Ahí se encuentran fotos de amig@s, novias y personas especiales en las distintas etapas de mi vida. Tarjetas, regalos que me hacen ver que hay gente a la que le importo.. o mínimo no le resulto tan desagradable, incluso encontré la partitura de una melodía que según yo compuse... Tal vez cuando muera, esa hoja pueda ser subastada . Pero lo que ocupó mi atención fue un álbum en donde guardo boletos de viajes y conciertos a los que he tenido la suerte de asistir. Fue increíble como un pedazo de papel me hacía recordar tantos lugares, emociones, personas, y hasta moretones ligados a ciertos acordes musicales. Fue sumamente entretenido ver que mi historia conciertil oficial (si es que existe ese término) comenzó con Los Fabulosos Cadillacs, agrupación que volveré a ver la próxima semana. En resumen, el viaje surgido de ver boletos y recortes de periódicos me hizo ver, que en un sábado al mediodía pueden ocurrir muchas cosas con sólo abrir un cajón y apagar la televisión.

No sé si una entrada sobre un caja hecha de madera haya sido un buen inicio para mi blog, pero bueno.. había que comenzar con algo agradable, y nadie puede negar que los recuerdos siempre tienen su lado interesante y digno de ser rememorado.