domingo, 7 de febrero de 2010

Etílico arcoiris


Buena compañía, música agradable (aunque con problemas en las bocinas), una cerveza y una copa de brandy después, mi amiga lanza la propuesta:

-Hey, ¿por qué no iniciamos hoy el tour noctámbulo sobre el qué quieres escribir y nos vamos de este bar?

Considerando que teníamos que estar correteando al mesero, y que mi compañera de aventuras parecía entusiasmada, me pareció una interesante idea. Pero, ¿a dónde ir?. Después de recapacitarlo, ella propone adentrarnos en esa realidad alterna (al menos para mí) conformada por 7 colores, música estruendosa (o todo lo contrario), y mucho maquillaje.

Ella, llevada a estos lugares en varias ocasiones por sus amistades, eligió un establecimiento de circense denominación. Dio con el antro bastante rápido. Encargamos el carro a un cuidador y nos dirigimos a nuestro destino. No pude dejar de observar lo distinto que lucían esas calles bajo la luz de la luna, y el bullicio provocado por sus nocturnos moradores me da a entender que estamos cerca. Hombres iban de la mano, mostrándose tímidamente cariñosos. Mujeres, las menos se dan un beso y se abrazan. Un olor a garnacha me hace voltear a una esquina... "Tacos gays" se lee en el carro... vaya eso si que es mercadotecnia, pienso.

Llegamos a la entrada principal.. no hay cadena alguna...aspecto positivo. Eso sí, hay que mocharse con un cover... vaya... pues que regalan o qué, pienso. Mi amiga con un corazón bondadoso y una sonrisa dice que lo que resta de la noche todo va por su cuenta. Oferta imposible de rechazar.

Dos hileras de escalones nos reciben en esa céntrica casona. Parece que este lugar es bastante popular. Hay que ir abriéndose paso para llegar a la barra, la música es una de esas ondas raras de psychotrancehouse y la casa retumba, parece que el corazón le está latiendo. Mi compañera me ofrece la mano cuando ve que la marea humana hace de las suyas. Llegamos a la barra, un poco de alcohol para mitigar la sed y comenzar a explorar. Miro a la gente, se ven felices, quien sabe cuántos puedan actuar con tal libertad durante el día, durante toda una semana. Tal vez para muchos de ellos este es un día ampliamente esperado donde pueden ser ellos mismos, y demostrar el cariño a su manera.

Una drag queen de estilizada figura (aunque no por eso la definiría como femenina) se contonea frenéticamente al ritmo de la música, en una especie de púlpito, desde el cual predica su dancística verdad. El maquillaje exagerado hace que sus facciones resalten en la obscuridad sobre la multitud. Momento de levantar la voz para seguir charlando con mi amiga mientras bebemos una cerveza. Miro a los asistentes, parejas que parecen quererse mucho dominan el panorama frente a nosotros. Más allá se ve como dos chicas se presentan y comienzan lo que espero haya sido una placentera noche para ambas. Junto a la barra y ocultado en las sombras un hombre, rubio, calvo de unos 50 años, sólo contempla lo que sucede en la sala. Más que ligar tiene aspecto de que quisiera matar a alguien.

Decidimos cambiar de pista...cruzamos una especie de mezanine, el aire además de con el cigarro se llena de música más suave, más cursi... en demasía diría yo. Conforme nos vamos acercando, lo compruebo, esa música a la que siempre huyo esta ahí presente, rindiendo homenaje a un tal Raúl Velasco en la voz de una rubia a la que se le nota la testosterona, y que imita a la rubia conocida en el televiso mundo como Yuri. Confieso que me causa un poco de gracia el ver como tod@s corean la letra y la entonan con un empedernido sentimiento. Después de que la diva se retira, el tenor de la música no cambia. Piezas musicales severamente pop hacen las delicias auditivas de la audiencia. Yo, sólo observo, charlo y me río. Después de un rato ahí, decidimos ir por algo más de beber (Tenía que aprovechar que yo no pagaría nada).

Recorremos cuartos donde cualquier persona inocente pensaría que se fundieron los focos, en esos recintos de la obscuridad se alcanzan a divisar siluetas inquietas y sonidos que en su mayoría denotaban que a gente ahí estaba pasándola bien, tal vez me quedo corto en la descripción, pero dejémoslo en que estaban teniendo un agradable momento.

Una cerveza más, sigo observando a la gente...nos llama la atención a mi fiel escudera y a mí una persona que derrocha felicidad al bailar.. es de esa alegría que se nota a la distancia y que llega a contagiarse. Siempre disfruto ver a la gente feliz cuando voy a conciertos, y en este caso no fue la excepción, a pesar de que la musicalización no era totalmente de mi agrado. Giro la cabeza y nuestro amigo el calvo hace acto de aparición, confieso que me asustó un poco, jamás entendí que hacía él ahí. No bailaba, no hablaba con nadie, pero por sí las dudas preferimos alejarnos.

Se encienden las luces, parece que aquí la fiesta ha terminado. Salimos del lugar, la multitud vuelve a hacer de las suyas, y termino bajando las escaleras cerca del extraño personaje descrito con anterioridad. De repente, lo escucho reír de la nada... creo que me equivoqué, no sólo los que bailaban y cantaban tan alegremente la pasaron bien, sino este señor con cara de matón también.

¿Y yo?, sí, también la pasé bien. Nadie se me abalanzó ni acosó (el temor infundado que tienenmuchos cuando se nos propone ir a esos lugares), tuve una agradable y generosa compañía, y cumplí con el objetivo de ampliar mi conocimiento sobre la ciudad en tinieblas. Espero que la alegría mostrada por los asistentes ese viernes por la noche en ese lugar, les haya durado toda la semana, hasta que puedan volver a encontrarse y ser como realmente les gusta ser.

PD: El hambre no era mucha a esa hora de la madrugada, quien sabe que tal estaban esos tacos de nombre tan peculiar.


Corazón partío...revisitado


Debido a que la historia del franelerito conmovió a multitudes, y despertó un cierto dejo de desprecio por la protagonista; este espacio le brinda a la señorita en cuestión, derecho de réplica para que pueda brindar su versión de este romántico pasaje. Que la disfruten:

8:45 AM

¡Chintrolas! ¿Por qué no avanzan? Ya voy tarde y no me va a tocar lugar afuera de la oficina, y para acabarla los jueves siempre se llena super temprano. Pues ya que…

8:54 AM

Llego a la oficina y en efecto, ya todo estaba lleno. Volteo a los lados buscando un lugar donde estacionarme. El auto de atrás desesperado por mis movimientos lentos empieza a sonar el claxon. Volteaste y fuiste hacia mi auto ..

- Te iba a decir que acá te estaba apartando un lugar

- ¿En serio? No manches que lindo eres. ¡Gracias!

Me estaciono, bajo mis cosas y me doy cuenta que la oficina estaba cerrada. ¡Bien! …para eso venía echa la mocha . Decido ir a la tienda por un jugo y pienso que sería buena idea comprar algo para ti, como muestra de mi agradecimiento.

-Voy a la tienda ¿gustas algo?

- Ah pues te acompaño

Gran parte del trayecto nos fuimos en silencio. Me contaste que eras chofer de una ruta de camión y que algún día te gustaría llevarme a dar una vuelta en él. Sonreí.

De regreso, antes de meterme a la oficina, te atreviste a confesarme que tenías un regalo para mí pero que me lo darías hasta que saliera. Emocionada subí las escaleras pensando que hacía mucho tiempo que alguien no se tomaba la molestia de darme un detalle.

6:00 P.M.

Bajo las escaleras sin pensar en la sorpresa que me tenías preparada. Te veo esperándome en la puerta, tus movimientos delatan tu nerviosismo. Yo te sonrío y tú sólo atinas a decir:

- Ten, este es tu regalo

- ¿Era en serio? (no sabía qué decir o cómo actuar, tenía miedo que al abrirlo se me escapara algún gesto de descortesía) ¡Muchas gracias, no era necesario que te molestaras!

- ¡Ábrelo!

- (No quiero, pensaba mi cerebro) A ver…

El llavero perfumado en forma de corazón, el sacapuntas usado y el barniz de uñas seco, despertaron en mí un sentimiento de ternura que no comprendí.

Muchas gracias, en verdad…Me dirigí a la salida deseando que ya estuviera mi amigo esperándome para no sentirme comprometida a decirte algo. Subí a su carro y me desahogué. Él, como todo buen amigo, se burló de la situación. Tú, contemplando la escena, malinterpretaste las cosas.

Al día siguiente ya nada fue igual. Llegué como siempre a saludarte pero me ignoraste. Pensé que no me habías escuchado y que por eso no me contestaste, sin embargo al acercarme noté que hacías hasta lo imposible por no voltearme a ver. ¿Sería parte de tu estrategia?

- Señora, aquí le dejo mis llaves para que le den una lavadita

- Si, está bien. Ahorita le digo al muchacho.

Estando en mi lugar me acordé que el regalo estaba tirado en la parte de atrás y que al verlo pensarías lo poco que me había importado. Demasiado tarde.

Al salir me encontré con una serie de destrozos en mi auto que comprendí, habían sido producto de tu coraje. No te reclamé nada, al final son cosas materiales. Lo que no entendí fue lo que vino después:

- Ah y te iba a decir, ya no me busques más. Ya tengo una novia y me dijo que tenía que dejarte de hablar. Ya no me interesas.

Por segundos no supe qué decirte, si reírme, seguirle la corriente a tu juego o agüitarme.

- Ah, está bien. No te preocupes, así pasa. Sonreí por última vez.

Tal vez mis amigos no me den detallitos, ni me aparten lugares, ni me prometan paseos en camiones…pero sí te aseguro que ellos jamás me harán sentir tan mal como lo hiciste tú ese día.

El día de mañana vas a aprender que así es este juego. A veces ganas…a veces no.

GLR