Hay múltiples formas de disfrutar un fin de semana... tirarla en tu casa, escondiéndote un rato del mundo. Tal vez escapar de la ciudad, ya sea a la playa, la montaña, o algún lugar más exótico y lejano. Pero ¿qué te parecería que te invitaran a un lugar en el cual seguramente serás golpeado, empujado, mojado (con quien sabe que extraño líquido), manoseado, pisoteado, y tú para defenderte tuvieras que empujar a más de algún individuo, lanzar una que otra patada y además de todo esto realmente terminaras cansado?... ¿Aceptarías la oferta?, yo lo hice y creo que fue una excelente decisión.
Los que me conocen (y los que no, están a punto de enterarse) saben que me encanta asistir a conciertos. Pero digo, generalmente es de individu@s cuya música me agrada, o donde la propuesta suene prometedora (este fue el caso). Aún no me animo a abrir mis horizontes de tal manera como para irme un domingo a bailar banda o a un megaconcierto grupero, ahi sí me brota un poco lo "fresa y amargado".. ni modo, aun no llega a tal grado mi eclecticismo musical, pero quien sabe, igual pronto les doy la sorpresa y me encuentran con mi sombrero, mis wrangler y una bonita camisa con estampados churriguerescos. Pero bueno, mientras llega ese espeluznante día, me dedicaré a contarles mi última experiencia conciertil.
Volviendo al tema, del lugar en el que fui vilmente maltratado, puedo deducir que tengo tendencias masoquistas. A pesar de todo lo que yo mencioné, salí encantado, me divertí como nunca, y la música fluyó de tal manera que me hizo bailar de una forma que no sucedía desde hace tiempo.
Pasando por una canción dedicada a mi primer amor, seguida de esas chicas malas que de repente se antojan, y sin olvidar a las muchachitas que nos gustan por coquetas, la noche fue tomando un ritmo bastante bueno. De repente, alguien que tomó mucho chocomilk en su infancia se instala frente a mí... uta madre, ya no veo nada... cuestión de empezar a brincotear nuevamente para incomodarlo y se quite. El gigantón fue vengado por una gorda que me abrió de mi lugar con relativa facilidad (manejaba la seño armas biológicas poderosas), ni modo, a emigrar a otro punto con buen paisaje. Lo encontré. Las batallas previamente descritas no fueron motivo para que yo no disfrutara de mirar de lado al mundo por ciertos momentos, o de ejercitarme por décimosexta vez. También hubo tiempo para un coctelito de barracuda, sin olvidar el lado serio criticando a los presidentes de nuestra sacrosanta nación (Próxima a cumplir 200 años de libertad, dicen por ahí), y finalmente un tema de reflexión...¿A dónde va la gente cuando se petatea?... eso sí quien sabe... pero espero sea un lugar como el de ese sábado, lleno de buena vibra y gente dispuesta a divertirse (Hasta una que otra manoseada podría aceptarse). Algo que si me queda claro, es que hay ocasiones en que todo se combina y hace que uno agradezca que mientras por allá se llenen los panteones, aquí se llene de chingones. ¡Espero que aún falte mucho para que tú y yo nos esfumemos!
Me encanta
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