sábado, 5 de junio de 2010

El silencio no es tiempo perdido



Hace poco una apreciable amiga me preguntó: ¿Desde hace cuanto uno de tus temas de charla favoritos es la música?.. tardé un poco en poder responder ese cuestionamiento honestamente. Para darle fluidez a la charla contesté que desde la secundaria y así quedó.

Posteriormente, pensando en esa pregunta hice memoria de diversos "eventos musicales" que habían marcado mi vida hasta ahora. La verdad es que fuera de mi primer encuentro con los Beatles cuando tenía yo alrededor de 10 años, mi discografía era más que lamentable.

Recuerdo el furor que causaron La Maldita Vecindad y Cuca. Yo era muy ñoño para apreciarlos en su apogeo o tal vez era demasiado conocedor como para considerarlos una ruta musical valida, quiero inclinarme por lo segundo. Mis compañeros de secundaria se desvivían por estas dos bandas y una que otra desperdigada por ahí. Se emocionaban con sus primeros descubrimientos de música electrónica, esto cuando no estaban cantando desaforadamente en homenaje a la recién difunta reina del tex-mex.

Todo esto cambió, cuando escuché por primera vez (y con varios años de atraso) esa voz lenta y un tanto perezosa. El disco: Amor Amarillo. El cantante: Gustavo Cerati. No era música muy elaborada ni demasiado sofisticada, vaya, no podía entrar en la definición de genial, pero a mí me gustó al instante. Letras elaboradas y un tanto desconcertantes. Seguí indagando en la historia del muchacho este, descubrí que tenía una banda llamada Soda Stereo.

Soda Stereo no logró convencerme hasta que sacaron su disco Sueño Stereo. Demasiado tarde, fue su último trabajo de estudio. Después vino su separación. Yo tenia quince años cuando esto sucedió. Pedí permiso a mis papás para ir al DF a verlos por primera y única vez. Obviamente esto jamás sucedió. Puede decirse que en la actualidad soy fan de Soda gracias a Cerati, y no seguidor de Cerati por lo hecho con Soda Stereo.

Acompañado de Café Tacvba, Gustavo ofreció un íntimo y fabuloso concierto en un espacio pequeño, lleno de decibeles y humo de cigarro al por mayor. Después tuve la suerte de verlo dar guitarrazos en un parque, y en arenas cada vez más y más grandes. Mención aparte merece el concierto del corto regreso de Soda Stereo (ese 12 de Noviembre quedaré en mi memoria por siempre). Siempre con espectáculos llenos de calidad y de mucho sentimiento. Me han acompañado en tales eventos amig@s y familia. Definitivamente la música compuesta por este pseudopublicista argentino me ha brindado grandes momentos y ha formado parte importante del soundtrack de mi vida: Letras desgarradoras, versos hilarantes y que invitan de vez en cuando a bailar, mensajes de optimismo, las palabras justas que necesito en ese momento en que hablar se vuelve complicado.

Es por eso que contrario a mi costumbre, sí me ha preocupado su estado de salud y la posibilidad de que ese genio musical se pierda. Es como agradecimiento que decidí dedicarle un post para unirme a la vibra que muchas personas lanzan a diario deseando su pronta recuperación. Solo sé que suceda lo que suceda, siempre estaré agradecido por haber sido un factor importante el destapar mis orejas a un mundo sonoro diferente, que me permite hoy disfrutar de propuestas que se alejan un poco de lo que la mayoría del mundo escucha. ¡Fuerza Cerati!

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