lunes, 7 de diciembre de 2009

Buona sera Padrino!!!



Recuerdo una escena en la que un tipo se mete a su cama... y encuentra la cabeza de su amado caballo pura sangre cubierta precisamente por ese liquído rojizo. O también me parece memorable ver dos siluetas pescando al amanecer (¿o atardecer?), cuando una de ellas se levanta y le mete un plomazo en la cabeza al otro ser que tranquilamente esperaba su fatal destino. Sin olvidar unos balazos al lado de una solitaria carretera en algún lugar de clima frío después de "vaciar el tanque". Lo único que mi más reciente experiencia "social"con los pasajes fílmicos que les acabo de describir creo que es que hubo que tomar una carretera hacia un lugar de clima un tanto gélido.

Si usted amable lector es cinéfilo, habrá adivinado que las escenas que más o menos describí en el párrafo anterior son las de las películas de El Padrino. Y en eso fue precisamente en lo que me convertí hace unos días. Fui seleccionado por dos incautos padres para que fuera el padrino de bautizo de su chamaco. Pensé ilusamente que cuando llegara al pueblo serrano, escenario de tal aventura, todo el mundo me besaría la mano y me suplicaría le ayudara con algún problema que tuviera. Afortunadamente estaba equivocado, si de por sí, cuando repartí el bolo salí abucheado porque les pareció muy poquito lo que les dí, ya me imagino si me pedían matar a alguien o alguna cosa por el estilo.

Es curioso como los humanos vivimos de ceremoniales. Tuve que comportarme serio mientras me leían la cartilla: Tenía que ser una persona responsable, llevar al ahijado por el camino del bien según la iglesia católica. Con la pena, pero mi visión del bien está en algunos aspectos alejada de lo que propaga Benedicto y sus compinches, pero de que colaboraré para que el chamaco sea un ciudadano de bien, supongo que ni duda cabe, ya me comprometí y ya ni modo.

Salgo del templo.. y una veintena de escuincles se empieza arremolinar junto con una que otra doña y dos que tres teporochos. Empiezo a aventar monedas de uno y cinco pesos; ellos las pelean a muerte.Parece que se divierten, debo confesar que a mi también me parece entretenido tal ritual. Después vendrá saludar a gente que ni conozco y que jura que sabe de mi desde que nací, y sólo correspondo con una sonrisa. Ser saludado una y otra vez por el grupo musical me hizo sentir una celebridad en cierto momento (no es mi rol preferido pero hay que asumirlo a veces); una deliciosa comida y el monstruo de mil cabezas, esa mancha voraz empieza de nuevo a formarse exigiendo más monedas. Y yo, el dueño de la tarde, me levanto ufano, cruzo el salón y vuelvo a verme bondadoso aventando más monedas... más y más... lo magnate a todo lo que da (bueno dejen creérmela un poco), las monedas se acaban y así también mi popularidad, para ser despedido por segunda vez por unos cuantos abucheos.

Como ritual final, tengo que bailar... bueno, eso no es tanto problema pienso yo... me dispongo a abrazar a mi pareja, cuando mi manager me indica, que la onda es bailar separado y zapatéandole... hice mi mejor esfuerzo, agradezco a todos los asistentes el haber tenido la decencia de no reírse de mi mientras estaba presente. A veces en broma decía, que el mundo realmente debe estar podrido para que a mi me hayan seleccionado de padrino, pero hablando en serio, creo que tampoco soy tan mala persona. Digo, yo no he mandado matar a nadie por hacer negocios turbios en Cuba ni le he rajado la panza a algún viejecito italiano... aún. Sí, creo que no soy tan malo.

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