miércoles, 5 de agosto de 2009

Gracias Malverde por fabores resividos...


Antes de que usted, amable lector, empiece a decir que tengo faltas de ortografía y quiera empezar a corregirme...espere. El texto que da título a la nueva entrada de éste, su blog de cabecera, es una copia fiel de una placa ubicada en un lugar de culto peculiar en el que tuve la suerte de estar hace unos cuantos días.

Pero.. ¿quién es ese tal Malverde que hace fabores? Jesús Malverde nació en 1870 y murió en 1909. Era una especie de Robin Hood región 4, asaltaba a los ricos en los caminos, y algo del botín lo repartía a la gente menos acaudalada. Es conocido, como el santo de los narcos; aunque realmente no es considerado como tal por el grupo dominante en la iglesia católica, pero la raza que lo venera vaya que le concede esos dotes de santidad.

Desde que te vas acercando al lugar , se va sintiendo un ambiente peculiar. Unos pasos más y se empieza a escuchar la banda o el conjunto norteño. Un anuncio luminoso bastante kitsch, me anuncia que he llegado a mi destino: Capilla Jesús Malverde. No es un lugar muy grande, pero vaya que hay mucho que ver. Junto a las puertas, puestos de parafernalia alusiva a nuestro héroe en cuestión: Llaveros, camisetas, gorras, escapularios, libritos de oraciones, estampitas, bueno.. hasta loción que según eso contiene sudor o no se qué del buen Badgreen. No compro nada y me dispongo a entrar al santuario con cámara en mano.

Las paredes están cubiertas con las típicas placas donde se agradecen los favores recibidos por intercesión del santo, firmas provenientes de latitudes como Navolato o Los Mochis son de esperarse, un poco más sorpresivas resultan las firmadas por gente que dice de venir de Jalisco, Yucatán y Oregon; por mencionar algunos. "Gracias a Dios, a la Virgen de Guadalupe, a San Judas Tadeo y a JESÚS MALVERDE por los favores concedidos". Todos conviviendo y llevando la fiesta en paz en la misma placa. Fenómeno que se sigue presentando en las más de diez vitrinas que hay en el santuario. Malverde, con su bigotito finamente recortado a la Mauricio Garcés compartiendo habitación con la santa muerte o con san Martín de Porres. Unos pasos más y el buen Chuy comparte vitrina con el otro Chuy que tuvo la desgracia de ser crucificado. Así debería ser el mundo, todos conviviendo con todos, en buena onda, mientras se cotorrea tranquilamente. Particularmente creo que debe ser bastante divertida la vitrina donde está Malverde y la patrona de los músicos, han de ser buenas pachangas.

Yo sigo recorriendo el lugar, debo confesar que me parecía bastante curioso todo eso. Pero nada alejado de las religiones que más o menos conozco. La gente llegaba con verdadera fé a pedir o agradecer algo, prende veladoras, le ora al santito, eso es libertad de culto y no fregaderas. Una cartulina verde anuncia en qué se invierten los recursos y cooperaciones que la capilla recibe: en programas de ayuda a niños o familias de escasos recursos; mira quien lo dijera.

Durante todo este tiempo he estado oyendo corridos que cantan las hazañas de don Malverde, después de caminar por todo el lugar llegó el momento de la verdad, la hora chingüengüenchona (Que mala onda que se murió Beto el Boticario), entrar a donde está la verdadera efigie que inspiró algún look de Brandon Flowers. Es un cuartito de unos 5 metros cuadrados, con una antesala donde están los músicos a todo lo que dan. Entro y saludo al de la guitarra, mi amiga se niega a entrar con cara de aterrada. "Puro narco, me da miedo"... ándale no seas miedosa... no. Ok.

Entro al cuartito ese, el ambiente está dominado por un busto de Malverde que tiene un reclinatorio frente a él, donde una señora le reza muy efusivamente. Otras seis personas están en el cuarto, echándose unas pacífico; me ofrecen una lata; si no la acepto me plomean, pienso. Sonrío y le doy el primer trago, me acerco a la imagen. miles de fotos, flores y placas. El conjunto musical a todo lo que da. Segundo trago a mi pacífico; "gracias Malverde por ayudarme a graduarme de la universidad" se lee por ahí; la señora se levanta. Mi amiga se asoma y finalmente se anima a entrar, ya no alcanzó cervezas. Reclinatorio libre, momento para tomarme mi foto con la estrella del momento, visité a Malverde y sobreviví.

¿Alguna canción joven?, No, muchas gracias ya me voy. Agradezco por la cerveza, sirvió para quitar el calor, aunque realmente sólo le di tres tragos. Gracias Malverde por que ningún narco me la hizo de tos. A las afueras y de cotorreo compro dos estampitas por diez pesos. Recuerdo de mi visita al santito.

Fue una interesante experiencia observar la necesidad de la gente en creer en algo, y buscar nuevas cosas o personajes en los cuales poner tus esperanzas. Me encantó la tradición de estar pisteando en el templo mientras oyes música, aunque creo que yo llevaría otro tipo acompañamiento auditivo. Un gusto conocerte Malverde, a ver cuando le caes a la casa.




3 comentarios:

  1. Uyyyy y donde esta eso?

    Yo quiero ir a que me regalen chela xD

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  2. jaja, está en Culiacán, un lugar bastante pintoresco.

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  3. Ahhh, esta harto lejos como para ir solo por una chela =(

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