viernes, 13 de noviembre de 2009

Crónica de un vuelo anunciado



Desde que me anunciaron que el dedo del destino me había señalado para realizar este viaje me di a la tarea de buscarme qué hacer por aquellos rumbos. Iba solo, así que definitivamente tendría que buscar en que entretenerme en Yucatán (pero de eso hablaremos más adelante). El ritual comenzó un lunes a las 11 pm, después de un largo día, aun tuve que llegar a hacer la maleta. Martes a las seis de la mañana: levantarse, tomar un baño e ir al aeropuerto para comenzar la larga travesía.

Todos sabemos que desde que se cayeron las torres gemelas de NYC hay que pasar por eternos filtros de seguridad y todos los aceptamos con paciencia y cierta conciencia de que son hasta cierto punto necesarios. Perdón, dije ¿todos?... creo que la excepción a la regla es un ruco mamón que pasó atrás de mí por el detector de metales en el aeropuerto.

Guardia (mujer) : ¿Señor puede quitarse el cinturón?
Ruco: Puta madre, que chinga
G: ¿Le molesta?
R: Si me molesta pinche vieja metiche
G: Le pido que se quite el cinturón señor
R: Puta madre, ya te oi
G: ¿Le molesta aun señor?
R: Sí

Y en eso la guardia le llama a dos soldados a que pongan en paz a su majestad. Debieron verle la cara al imbécil... ¿Ah verdad wey?, no que muy machito. De verdad que si algo me molesta es la gente prepotente. Me subo al avión.. y adivinen con quien me toca de vecino.... exactamente el don mamila... que me empieza a platicar sobre como le habló a una guardia de seguridad, y fanfarronear sobre como había hecho que no lo revisaran. Lo volteo a ver y le digo: pero si puso una cara de miedo cuando llamaron a los soldados. Chinga tu madre wey, llama a la azafata y pide que lo cambien de lugar, jaja. Favor que me hace el tipo.

Mis dos nuevos vecinos son dos luchadores grecorromanos (me declaro ignorante, no se si asi se diga) puertorriqueños. Muy platicador uno, muy dormilón el otro. Situación que el parlanchín aprovecha para rayarle la cara y compartir su hazaña conmigo. Me da risa, que lo hace muchas veces durante el vuelo. Me invita a seguir su ejemplo, nombre, donde este amigo se despierte si me parte la madre; pienso. Pero se ve divertido y termino cediendo, mis iniciales y unos espirales en el cachete son algunos recuerdos que "el negro" se llevó de su compañero mexicano de avión. Lo cuento muy ufano porque sobreviví, donde se hubiera dado cuenta, capaz que me rompe la cara y quedo como hijo de Elba Esther Gordillo. Afortunadamente llegué sano y salvo a Yucatán después de un vuelo que resultó bastante entretenido.

PD: De regreso fui acompañado por dos personas de la India, pero ellos ni hablaron conmigo, con excepción de una leve platica sobre a donde se dirigían. Tan internacional yo.

1 comentario:

  1. Tienes un tino pa toparte con gente así!! jaja
    Hay evidencia de tu fechoría?


    Pd.Que entretenido es leerte :)

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